Con el pan del día anterior podemos preparar un gran número de elaboraciones distintas con multitud de variantes y combinaciones. El pudin es el típico pastel que nos permite aprovechar el pan y la bollería que nos sobran y que acaban secándose. De larga conservación y muy ricos en sabor, los pudines son fáciles de elaborar, de modo que el éxito está prácticamente asegurado.
Del libro recetas caseras con pan de ayer de Xavier Barriga
Ingredientes:
4 rebanadas de pan de molde duro
Un trozo de piel de limón y 1 rama de canela
100 ml de leche
30g de mantequilla
2 huevos
250g de azúcar molido (y un poco más para espolvorear)
20g de almidón de maíz
Aceite de oliva o mantequilla
Elaboración:
En un cazo, pon la leche al fuego con la piel de limón y la rama de canela partida en trozos. Cuando arranque a hervir, retírala del fuego y tapa el cazo para que se haga una infusión. Si lo prefieres, puedes hacerlo el día anterior y dejar la leche en la nevera hasta el momento de usarla.
Cuela la leche para retirar la piel de limón y los trozos de canela.
Tuesta ligeramente las rebanadas de pan de molde y cuando estén frías úntalas homogéneamente con la mantequilla.
Vierte la leche fría sobre las tostadas y, pasados unos minutos, escúrrelas y resérvalas sobre un papel de cocina absorbente.
Rompe los huevos y separa las claras de las yemas. Bate las yemas y mézclalas con el azúcar molido y el almidón de maíz. Añade la leche.
Monta las claras a punto de nieve y agrégalas a la preparación anterior, removiendo con cuidado hasta obtener una crema esponjada. Sumerge las tostadas en esta crema para que se empapen bien.
En una sartén antiadherente con un poquito de aceite de oliva o mantequilla sella las torrijas hasta que se doren por ambos lados.
Cuando se hayan enfriado, espolvoréalas con azúzar molido y ya las tendrás listas para comer.